Primero encuentras tu propósito de vida, y cuando lo tienes aparece Curves en el mejor momento y resulta que encaja a la perfección con mi camino de vida:

Promover el Entrenamiento de Fuerza a mujeres apasionadas y con sed de progreso de forma que lleguen a ser la abuela yeyé que todo el mundo la recuerda con gran vitalidad y energía.

Bendito el día que el Entrenamiento de Fuerza llegó a nuestra vida.

Déjame adivinar… ¿Tienes más de 30 años y nunca has entrenado fuerza? ¡Yo también estuve en esa situación! ¿Por qué se nos habrá vendido a las mujeres la idea de que entrenar fuerza era sólo para hombres, que se nos iban a poner brazos de luchador y que dejaríamos de ser femeninas?

A mí también me contaron todas esas milongas pero, cuando cumplí los 39, decidí desaprender todo lo que tenía en mi cabeza sobre el entrenamiento de fuerza. Y no fue fácil, fue un camino largo y tedioso, pero yo estaba al 100% con mi intención de derribar todas esas creencias absurdas que tenía. ¡Quería verme bien y disfrutar de mi cuerpo! Sobre todo cuando me di cuenta del pésimo estado físico en el que estaba.

¡Tenía solo 39 años y me sentia como si tuviera 70!

Sí que había entrenado cardio alguna que otra vez pero nunca había sido constante con el ejercicio. Además, si lo sumas a que tenía un trabajo totalmente sedentario… ¡Tenía todas las papeletas para sentirme así!

No obstante, no me di por vencida, y encontré mi pasión: promover el Entrenamiento de Fuerza a personas con sed de progreso que sean verdaderas apasionadas de su salud.

Mi nombre es Eva Alcocer y quiero que me digas algo.

Piensa qué prefieres ser: ¿La abuela yeyé o la abuela “ai, ai”?

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