El mes de octubre está especialmente dedicado a la concienciación social sobre el cáncer de mama. En España, cada hora tres mujeres son diagnósticadas con cáncer de mama, o lo que viene a ser lo mismo, una mujer es diagnosticada cada 20 minutos. Son cerca de 27.000 los diangósticos de esta dolencia mamaria los que se diagnostican cada año. La cara negativa de las estadísticas asociadas al cáncer de mama es el número de diagnósticos, que sigue siendo demasiado elevado. Por contra, la parte positiva son unas cifras de curación total que aumentan cada año y que en España ya son el 90% de las pacientes las absolutamente curadas cinco años después de que se les detecte la enfermedad.
Sin embargo, las cifras de fallecimiento siguen siendo preocupantes. Alrededor de 6000 pierden la vida al año por causa del cáncer de mama, lo que sitúa esta enfermedad en la principal causa de mortalidad entre mujeres de entre 35 y 50 años. El cáncer de mama es el tipo más diagnosticado entre las mujeres, y el cuarto más diagnosticado en cifras totales en nuestro país.
El cáncer de mama no tiene prevención conocida, pero sí hay cosas que podemos hacer para reducir el riesgo de padecerlo, y uno de estas cosas es la de llevar una vida saludable. Realizar ejercicio físico de forma regular reduce el riesgo de padecer esta dolencia, por eso desde Curves queremos hacer nuestra contribución, concienciando a las mujeres de que un estilo de vida activo es una forma de prevención no solo del cáncer de mama, si no de cualquier enfermedad. Y para ayudaros con esta concienciación, os traemos el testimonio de nuestra curvera Isabel Miralles, un ejemplo a seguir con su coraje y determinación al superar un cáncer de mama.
¿Qué control para prevenir el cáncer de mama debes hacerte a cada edad?
Los controles para prevenir el cáncer de mama deben empezar a una edad temprana. A partir de los 20 años, es recomendable que las mujeres nos autoexploremos cada mes, para asegurarnos de que no aparece ningún bulto o acudir rápidamente al médico si lo hace, ya que un diagnóstico temprano es imprescindible para que las posibilidades de curación aumenten considerablemente.
A partir de los 30 años, es conveniente someterse a controles periódicos con un examen anual de las mamas y una ecografía. Tras los 40, la prevención debe aumentar, introducciendo una mamografía cada uno o dos años, dependiendo del consejo del médico, siempre que no haya factores médicos o hereditarios que aconsejen que estas pruebas comiencen antes.
El riesgo de desarrollar la enfermedad es generalmente superior a partir de los 50 años, después de la llegada de la menopausia, sin embargo, las revisiones dependeran de cada caso, en particular en aquellas mujeres que tengan factor hereditario.
Principales síntomas del cáncer de mama
Como comentábamos, la detección temprana es un actor clave a la hora de poder tratar con éxito el cáncer de mama. Por eso, además de explorarnos regularmente, hay que estar atentas a los principales síntomas y señales que nos puedan hacer sospechar que algo no va bien. ¿Cuáles son estos síntomas?
- Aumento de la consistencia de la mama debido a la presencia de nódulos.
- Cualquier cambio en el tejido mamario: hendiduras de la piel, hinchazón de la mama o parte de ella, pérdida de suero, leche o sangre del pezón.
- Enrojecimiento y engrosamiento de la piel alrededor del pezón.
- Ganglios linfáticos agrandados debajo de la axila.
- Dolor en el área del pezón o diseminación del dolor por todo el seno.
Ante cualquiera de estos síntomas, acude rápidamente a tu especialista.
Prevención activa del cáncer de mama: adopta una vida saludable
Hay factores de riesgo sobre los que podemos actuar para tratar de evitar padecer el cáncer de mama y el principal de ellos es tu estilo de vida. Se estima que adoptar hábitos saludables es algo imprescindible a la hora de prevenir uno de cada tres tipos de cáncer, incluido el cáncer de mama. Aquí te dejamos algunos consejos para cuidar tu salud.:
- Realiza actividad física: está ampliamente demostrado que los hábitos de estilo de vida activos suponen una barrera para la formación de tumores. De hecho, las mujeres que practican deportes regularmente tienen una reducción del riesgo del 15-20%. También existe una estrecha correlación entre la obesidad y la incidencia de cáncer de mama, especialmente después de la edad fértil.
- Siga una dieta equilibrada rica en verduras: varios estudios muestran que este tipo de enfermedad está más extendida entre las poblaciones que siguen una dieta rica en grasas animales. Por el contrario, la dieta mediterránea tradicional con sus alimentos típicos (aceite de oliva, pescado azul, frutas, verduras y cereales) tendría un efecto preventivo. Además de la calidad de los alimentos, la cantidad también es importante: las calorías siempre deben calcularse en función de la edad, el peso y el tipo de actividad realizada.
- Evitar el alcohol y el tabaco: Fumar y el alcohol también son perjudiciales para la salud y aumentan en gran medida el riesgo de numerosas enfermedades oncológicas además del seno.
Para Curves es importante alentar a las mujeres a desarrollar un estilo de vida saludable, haciendo del ejercicio un hábito, ayudándolas en su camino personal. Nuestro programa de entrenamiento ha sido diseñado para seguirse consistentemente y que quepa en cualquier tipo de vida ¡en solo 30 minutos puede entrenarse por completo!
Cáncer de mama y Curves
En este mes de la prevención del cáncer de mama, os traemos el testimonio de Isabel, una Curvera que nos inspira cada día con la fuerza y voluntad que demuestra y con la que consiguió superar la dolencia:
Soy Isabel Miralles, mujer de 51 años y “Curvera” desde hace 2. Me han pedido que comparta “qué significa para mí ir a Curves”, para todas las mujeres que han superado un cáncer de mama, con aquellas que estáis ahora “peleando”, con todas las que espero nunca tengáis que afrontarlo y, por supuesto, por todas las que lucharon con todas sus fuerzas y no se rindieron, hasta el final. 2015, con el diagnóstico del cáncer de mama, fue para mí un año que comenzó con el tormento de una pregunta ¿por qué a mí?, ¿por qué ahora? por qué?, hasta que conseguí agarrarme a otra pregunta que me permitió avanzar, ¿para qué?.
Fue un año en el que iba contando para atrás cada día, con la esperanza de que fuera uno menos para la recuperación, fue un año donde “agoté” mi cuerpo, mi mente y mi energía en esa batalla constante de ganarle la partida al cáncer. Mis pensamientos, mi experiencia, mi visión de este proceso lo compartí en un blog “Vivir con cáncer” que aún puedes leer. Lo llamé así, porque durante todo el proceso, mi obsesión no era “y si moría”, mi preocupación era “cómo vivir después”.
Hoy, al recordar, me viene a la memoria aquél día, aún con la cabeza calva por efecto de la quimio, con el cuerpo cansado, como un “saco viejo” apaleado por los efectos secundarios y las sesiones de radioterapia, con el pecho inflamado tras la cirugía, con el brazo insensible por la pérdida de la cadena linfática; fue aquél día cuando le pregunté a mi médico:
-Y ahora, qué puedo hacer para evitar que vuelva, que se reproduzca.
Él me miró con toda la humanidad que una persona puede transmitir con su mirada, su sonrisa y su voz, y me dijo:
-Hay 3 cosas que puedes hacer Isabel:
- Hacer ejercicio físico al menos 30 minutos al día.
- No ingerir sustancias perjudiciales para tu cuerpo (nada de drogas y buena alimentación).
- Sé feliz.
Con ello, no sabemos si el cáncer volverá, pero sin lugar a dudas lo tendrá más difícil y, si a pesar de todo vuelve, te pillará bien preparada para volver a la batalla.
Al principio comencé a andar 30 min, no podía hacer nada más, pero sentía que cada día que mi cuerpo me acompañaba y no cedía a sus “quejas” era un paso al frente. Cuando descubrí Curves, me acerqué con todos mis temores, “y si es demasiado duro para mí”, “y si fuerzo el brazo y me viene el linfedema”, “y si mi cuerpo no me responde como el de las compañeras y me quedo atrás”.
¡Qué maravilla! Cuando comprobé que en ninguna máquina se forzaba más de lo que tu cuerpo te permitía, cuando me sentí acompañada por una monitora que vigilaba que no hiciera mal y por tanto me hiciera daño en cada momento del circuito, cuando comprobé que no había retos con ninguna otra persona, sólo contigo misma, con tu compromiso, tu esfuerzo, tus ilusiones.
Cumplir el calendario de entrenamientos, conseguir que la lucecita sea verde, comprobar cada mes que las medidas se mantienen, disfrutar con la obtención de los premios por cada reto…; todo ello hizo que me sintiera acompañada y estimulada en este compromiso individual que yo tenía en mi propia batalla del cáncer.
Entender que 30 minutos de ejercicio al día te hace vivir el presente de una forma más consciente e intensa, es el verdadero secreto de “ir a Curves”.
Isabel Miralles, Curves Jaen Bulevar
En estos años, en esta “libertad vigilada” que tenemos los pacientes de cáncer, con nuestras revisiones rutinarias que despiertan todos nuestros temores, no podemos evitar sentir miedo, pero en cada revisión sí he tenido la fuerza de decirme a mí misma que cada día he puesto mi aportación para que no vuelva, así me lo avala, mi camiseta de los 100 entrenamientos, y la de los 200…
En Curves, hago 30 min de ejercicio físico, cuido mi alimentación y dibujo una sonrisa en mi cara cada día. Curves me hace fuerte, me hace vivir con confianza, con seguridad y con ilusión. ¡Vamos!
Ser parte de la familia Curves significa compartir tu día a día con mujeres que son fuente de inspiración contínua como Isabel. Si, como ella, quieres comenzar el camino hacia una vida más saludable, no lo dudes y reserva una cita gratuita ahora o ponte en contacto con tu Club de Curves más cercano.